Cuando la incontinencia es persistente, suele estar relacionada con cambios físicos o enfermedades subyacentes que afectan el control de la vejiga.
Factores relacionados con el embarazo y el parto
- Embarazo: Los cambios hormonales y el aumento de peso del feto pueden ejercer presión sobre la vejiga, provocando incontinencia de esfuerzo.
- Parto vaginal: Puede debilitar los músculos del suelo pélvico y dañar los nervios que controlan la vejiga, aumentando el riesgo de incontinencia a largo plazo.
El fortalecimiento del suelo pélvico con ejercicios como los de Kegel es una estrategia efectiva para prevenir y tratar la incontinencia en estas etapas.
Cambios hormonales y envejecimiento
- Menopausia: La disminución de estrógenos reduce la elasticidad de la vejiga y la uretra, aumentando la propensión a la incontinencia.
- Envejecimiento de la vejiga: Con el tiempo, los músculos de la vejiga pierden fuerza, lo que disminuye su capacidad de almacenamiento y genera contracciones involuntarias.
En estos casos, el uso de productos absorbentes con tecnología XIBPro ofrece una solución discreta y eficaz para controlar las pérdidas urinarias diarias.
Problemas de próstata en hombres
- Agrandamiento de la próstata: La hiperplasia prostática benigna (HPB) puede bloquear parcialmente el flujo de orina, provocando incontinencia por rebosamiento.
- Cáncer de próstata: Tanto la enfermedad como sus tratamientos pueden afectar el control de la vejiga, causando incontinencia urinaria de esfuerzo o urgencia.
El tratamiento médico adecuado y el uso de ropa interior absorbente específica para hombres pueden ayudar a minimizar los síntomas.
Obstrucciones en las vías urinarias
- Cálculos en la vejiga o tumores urinarios: Pueden bloquear el flujo de orina, causando incontinencia por rebosamiento.
- Cicatrices o anomalías estructurales: Pueden alterar la capacidad de la vejiga para vaciarse correctamente.
El tratamiento quirúrgico suele ser necesario para corregir este tipo de obstrucciones.
Trastornos neurológicos
Ciertas enfermedades neurológicas pueden afectar la comunicación entre el cerebro y la vejiga, dificultando su control.
Entre ellas se incluyen:
- Esclerosis múltiple
- Enfermedad de Parkinson
- Accidentes cerebrovasculares
- Lesiones de la médula espinal
El tratamiento de estos casos suele requerir un enfoque multidisciplinario que incluya terapia física, farmacológica y productos absorbentes diseñados para la protección diaria.